viernes, 28 de marzo de 2014

Streetstyle: Estudiante universitaria VS. Working girl

 
La moda, desde hace años, tiene la mirada puesta en la calle. El oficio de coolhunting se ha popularizado de una manera exagerada, convirtiéndolos en celebridades, incluso por encima de quienes son capturados por sus lentes. Con solo nombrar algunos de ellos podemos comprender la magnitud: Bill Cunningham, The Sartorialist (Scott Shuman) y The Face Hunter (Yvan Rodic) son sólo algunos de los pesos pesados, que recorren el mundo en busca de looks inspiradores.
Pero a la hora de trabajar o estudiar, no hay tanta preparación como para asistir a una semana de la moda en la Lincoln Center, por ejemplo, o por lo menos, eso parece. En nuestro recorrido por las calles porteñas observamos un esfuerzo sobrenatural por parecer a la moda sin perder la espontaneidad, así como también, nos encontramos con mujeres que parecen no haber dedicado ni 5 minutos en la elección del outfit aquella mañana.
La pequeña escalinata de Mario Bravo 1050, la sede con más número de alumnos de la Universidad de Palermo, por momentos, parece los jardines de La Rural en época de BAFWEEK. Mucho esfuerzo por destacarse de la multitud, pero no tanto como para dejar de pertenecer al grupo de amigas que asiste a la facultad. Se destacan las remeras con inscripciones, las calzas con diferentes tratamientos textiles y las camisas anudadas en las caderas. Los borcegos y las megaplataformas son lo que más se ve en los pies.
En la hora del almuerzo en las inmediaciones de la calle Florida, el panorama es totalmente distinto. La espontaneidad no existe y aparece la rigidez, tanto en la forma de caminar, como en las tipologías elegidas para vestirse. Muchas mujeres eligen la comodidad del pantalón sastrero que complementan con camisas y blazers a tono, aunque las más femeninas no rehúsan el uso de las faldas lápiz con stilettos. A pesar de las veredas peligrosas de la city porteña, hay quienes todavía no temen a los esguinces y eligen colorear el gris cemento con un poco de glamour.

Por qué Anna Wintour puso en tapa a Kim Kardashian y Kanye West?


Desde 1988, cuando Anna Wintour se convirtió en la editora de la Vogue americana, estaba claro que marcaría un antes y un después en el fashion business. En aquel número del mes de noviembre, Anna cortó el exceso que estaba de moda en épocas de Gianni Versace, para poner en tapa a una modelo fresca y sonriente con solamente un jean holgado y sweater bordado en cruz. Con estos aires renovados, una nueva era en la moda había empezado.

Hoy, 26 años más tarde, vuelve a polemizar con una tapa llena de récords para la historia de Vogue: es la primera tapa con un rapero, la primera con una estrella nacida de un reality show, la primera protagonizada por una pareja interracial y a su vez, el primer hashtag en portada (#WorldsMostTalkedAboutCouple). Todo esto significó la elección de Kim Kardashian y su futuro marido, Kanye West para la tapa de abril. ¡Y mucho más! 

Con el anuncio, las redes sociales estallaron y los lectores de Vogue pusieron el grito en el cielo. Llovieron comentarios negativos, otros positivos, y muchas amenazas para cancelar la suscripción a la publicación. Incluso la actriz tuiteó al respecto: "Bueno... parece que tendré que cancelar mi suscripción. ¿Quién está conmigo?". La considerada Biblia de la Moda estaba en boca de todos.
Ante el revuelo la directora de Vogue USA tuvo que salir a hablar y lo hizo mediante un comunicado. "Parte del placer de editar Vogue es poder retratar a aquellos que definen la cultura en cada momento, cuya presencia en el mundo moldea e influencia nuestra forma de ver las cosas. Creo que todos estaremos de acuerdo en el hecho de que Kim y Kanye son los que ocupan ahora mismo ese papel", señaló Wintour.
Es que no sólo modelos y actrices de moda, de una belleza extraordinaria, protagonizan las tapas de Vogue. Wintour ha logrado poner en portada a una talentosa pero no tan perfecta estéticamente Lady Gaga, o fue quien convirtió en modelos por un rato a primeras damas como Hillary Clinton y Michelle Obama. Son mujeres con las que, de una manera u otra, las lectoras de Vogue se sienten identificadas. 

Hace poco, Lena Dunham, protagonista de la serie it en Estados Unidos Girls, demostró que no hace falta ser ni tan flaca ni tan linda para inspirar al género femenino. Y estamos de acuerdo que el lograr este punto de conexión entre el lector y la celebrity es sinónimo de ventas y, al fin y al cabo, eso es lo que importa.