viernes, 11 de abril de 2014

Violencia doméstica en Vogue Italia




Vogue Italia siempre da que hablar. En julio de 2005 se burlaron de las celebrities y su adicción a las cirugías estéticas, en una producción protagonizada por Linda Evangelista. Más tarde, y en contra de lo que se esperaba, pusieron en tapa a modelos de “talla grande” en ropa interior, en su número de junio de 2011. Ahora, abordan el tema de la violencia doméstica y el femicidio, con la intención de crear conciencia. La editorial, a cargo del reconocido fotógrafo Steven Meisel, retrata escenas de maltrato y abuso hacia mujeres desesperadas que intentan escapar o simplemente, yacen muertas en el piso. El debate se plantea porque, al fin y al cabo, hay que vender ropa y las modelos se muestran de lo más espléndidas en momentos en que nadie luciría tan glam.
La misma revista, desde su editorial del número en cuestión, habla de las dificultades que genera la “asumida incompatibilidad” entre la moda y los asuntos políticos, y la cantidad de “embargo psicológico” que conlleva ignorar esos temas y que genera que todos seamos “socios en el crimen”. Carlo Ducci, director de Vogue Italia, y la propia Franca Sozzani -editora en jefe de la publicación- defienden las intenciones de la editorial: “Decir NO a la violencia contra las mujeres nos permite ser, a nuestra manera, útiles. Además de poder transmitir, como es nuestro deber cívico, un mensaje contra la barbarie. No importa si se corre el riesgo de causar un alboroto en general con los medios de comunicación o despertar la crítica; o si se nos acusa de explotar a cuestiones urgentes sólo para poder vender más ejemplares. Lo importante para nosotros es que, al menos, una de las decenas de mujeres que sufren violencia todos los días, pueda sentir nuestra cercanía. Y que los que nos siguen pueden sentirse estimulados a tomar medidas, condenar, y apoyar a las mujeres con problemas. Y que todos ellos se den cuenta que Vogue Italia está de su lado y que condenamos todo tipo de violencia. Esta conciencia nos impulsa a hacer algo de ruido. A nuestra propia manera. Hasta que lleguemos a hacer, por qué no, un verdadero manifiesto”.


 
Julio 2005